sábado, 31 de octubre de 2015

Origen de la Danza del Vientre

Origen de la danza del vientre





La danza del vientre tiene un origen tan incierto como discutido, siendo una de las danzas más antiguas del mundo, que combina elementos de diferentes países del Medio Oriente y Norte de África.

    Se cree que tiene su origen como forma de ritual pagano de culto a la fecundidad. Algunos expertos apuntan a Grecia para situar su surgimiento, concretamente en las danzas esotéricas practicadas como parte de los rituales de ofrenda a los dioses.

    En las antiguas culturas del Mediterráneo y el Asia Menor, se preparaba a las mujeres a través de esta danza, que trabajaba espíritu y cuerpo, principalmente los músculos del abdomen y la flexibilidad de la cadera. En Egipto alcanzó su máximo esplendor, por lo que suele señalarse este país como cuna de la danza oriental; las vírgenes eran instruidas en este arte como preparación para la fertilidad, y su práctica tomó un importante papel en la realización de los ritos religiosos. Otros ritos similares tuvieron lugar en Mesopotamia, Fenicia, Egipto, Arabia -donde la danza era considerada sagrada y no podía ser vista por los hombres-, Chipre y la India.

    Durante el s. IV d.C., el Cristianismo y el Islam pasaron a dominar el Medio Oriente. A pesar de adaptar ciertas ceremonias paganas, los rituales de culto a las diosas fueron destruidos y se trató de suprimir la existencia de las danzas femeninas relacionadas con la sexualidad y fertilidad.

    Sin embargo la danza persistió, aunque con connotaciones bastante más peyorativas, en países como Egipto, a través del trabajo de dos tipos de bailarinas: las ghawazee (gitanas), que bailaban al aire libre para público de baja clase social, y las awalim -más respetadas-, que actuaban en las residencias de los ricos.

    En los países árabes esta danza se denomina Raks Sharki -que significa Danza Oriental-. Su denominación "danza del vientre" fue acuñada por los europeos que en el siglo XIX llegaron a estos países y descubrieron un baile de estilo y movimientos totalmente diferentes a los de las danzas conocidas.

    En 1930, se abrió en El Cairo el Casino Badia, una sala de fiestas que comenzó a difundir la danza. Pronto ganó gran popularidad y se produjeron películas protagonizadas por bailarinas, que llegarían a convertirse en famosas estrellas de cine, como fue el caso de Tahia Carioca, Samia Gamal, Naima Akef y Nadia Gamal.

    La danza del vientre forma parte actualmente de la cultura de la mayoría de los países árabes, y se encuentra especialmente desarrollada en Egipto, Líbano y Turquía. Existe además, en Occidente, un creciente interés por este baile, que ha llevado a la apertura de escuelas y a la aparición de numerosas y prestigiosas bailarinas. Algunas odaliscas famosas de hoy son Fifí Abdú, Nagwa Fouad, Amani, Mona Said, Dina, Laila Haddad o Soraya Hilal.

Pese a lo común que es relacionar la danza del vientre con el mundo enigmático y exótico de los antiguos harenes, es importante resaltar su sentido como medio idóneo para propiciar la unidad entre el cuerpo y el espíritu, y como vía de exaltación de la parte femenina de los dioses, relacionada con la belleza, la intuición, la fecundidad y la concepción.

    Es aquí donde reside su diferencia respecto a otras danzas, y de donde radica su carácter contradictorio. El dualismo entre esoterismo y erotismo, y su simbolismo como máxima expresión de la divinidad femenina la convirtieron en objeto de mala consideración e infravaloración, pero también de inevitable atracción.

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